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EL MOVIMIENTO LIBRE EN LOS BEBÉS

Hoy vengo a contaros un poco sobre el movimiento libre en los bebés, y es un tema que a mi personalmente me apasiona, después de llenarme de información y llevarlo a cabo en las aulas os puedo decir que observar a mis peques y dejarles esa libertad de movimiento en el aula es todo un privilegio. Aprendiendo y mejorando sobre lo que es mejor o peor para ellos, respetando siempre su proceso de desarrollo. A continuación os voy aportar un poco de información y os dejo toda la bibliografía.


Laura Estremera, maestra de audición y lenguaje, técnico superior en Educación Infantil, psicomotricista y especialista en atención temprana y formada en Pedagogia Pikler, nos habla en su libro, “Ser niños acompañados” sobre la importancia del movimiento libre en los niños, basándose en Emmi Pikler, siendo ésta pediatra y directora de un orfanato en Budapest.

Pickler creó una pedagogía innovadora, en sus investigaciones demostró cómo el desarrollo motor surgía de forma espontánea mediante la actividad autónoma, de forma que el adulto no intervenía. Esta investigación la llevó a cabo con 722 niños y observó que, a través de esta libertad no sólo aparecían las posturas fundamentales sino también otras posturas intermedias.

Ya sabemos que el niño pasa por diferentes etapas de desarrollo motor, pero muchas veces tenemos que poner especial atención a las experiencias que el adulto le facilita y al ambiente donde se desarrollan estas experiencias.

Para que ese desarrollo motor se realice de forma natural hay que tener en cuenta una serie de principios que Laura nos explica en su libro “Ser niños acompañados”.


En primer lugar nos cuenta que no hay que colocar al bebé en posturas que no llegue por sí mismo. Muchas veces lo hacemos de forma inconsciente porque pensamos que les estamos ayudando. Por poner un ejemplo ¿Cuántas veces hemos colocado a nuestros bebés en posición sentado, con ayuda de veinte millones de cojines a su alrededor? Puede ser que nuestra intención sea simplemente ofrecerle nuevas oportunidades de aprendizaje pero lo que quizás no sabíamos es que esto puede provocar en el bebé una falta o pérdida de equilibrio, se puede sentir inseguro e incluso resultarle bastante desagradable. La mejor opción es ofrecerle un espacio en el suelo acolchado ya que este espacio es el conocido para él y por tanto dónde se encuentra más seguro.

Un acompañamiento es imprescindible para aportar al niño un espacio seguro, en el que poco a poco vaya cogiendo esa confianza con el entorno. Al bebé le llevará tiempo descubrir las diferentes posibilidades de su cuerpo y cuando el niño empiece a descubrir estas posibilidades de forma segura es cuándo empezará a progresar en las diferentes etapas del desarrollo motor.


Lo más importante que debemos saber es que solamente cuando el niño descubra por sí mismo las nuevas posturas tendrá unos apoyos adecuados y estables. Laura en su libro nos explica con claridad que colocarlos en posturas que todavía no han llegado podría generar crispaciones en mayor o menor nivel de intensidad de los grupos musculares.

Además, al provocar estos movimientos muchas veces podemos intervenir en la omisión de diferentes etapas. Si por ejemplo, a un niño le ponemos en el tacatá o le damos las manos para que empiece a andar, podría ocurrir que no continuara explorando por el suelo y se salte esta etapa que puede ser bastante gratificante. O también podría costarle mucho más trabajo bajar al suelo cuando está en la posición de pie.


Por otro lado, no es necesario adelantar etapas, porque antes no es mejor. Dejar que el niño siga el curso natural de su desarrollo es lo mejor que podemos hacer como adultos. No estaremos ayudándoles de ninguna manera a que lleguen antes, porque cuanto antes ande, cuanto antes se ponga sentado, cuanto antes gatee, no quiere decir que sea mejor.

Estamos acostumbrados a las prisas, y a adquirir las cosas cuanto antes, pero algo en lo que tenemos que tomar consciencia es que el niño necesita su tiempo, su espacio y sobre todo un acompañamiento con mucha paciencia y con mucho amor y eso desde mi experiencia como educadora os lo puedo asegurar. Estar para ellos, es nuestro principal objetivo, lo demás irá viniendo solo.

No es necesario sobre estimular a los niños con mil millones de juguetes, a veces lo más simple puede ser lo más gratificante y enriquecedor para ellos. Por ejemplo, para un niño será mucho más estimulante una caja de cartón con cuatro pañuelos de colores que un juguete que ande, con luces y tenga mil millones de sonidos. Al final estos aparatos no les ayudan a nada, ni a que desarrollen su imaginación ¿No creéis?


Algunas recomendaciones que esta autora nos ofrece para favorecer este movimiento libre son:

- Colocar objetos en el espacio adecuados para ellos. (El cesto de los tesoros es de nuestro favorito en la escuela en el aula de bebés)

- Ropa cómoda para facilitar este movimiento.

- Tener los pies descalzos será más beneficioso para el bebé ya que tendrá mejores apoyos y se evitará que se resbale. ( Siempre que el ambiente sea el adecuado) Los zapatos deberían utilizarse en mayor medida cuando los niños comienzan a andar por la calle.


Y para terminar os comparto esta imagen de algunos de los movimientos que el niño va alcanzando registrado en las investigaciones que hizo Emmi Pikler, podéis encontrar muchas más imágenes en su libro “Moverse en libertad”.



Pikler, E, Se levanta a gatas sobre las rodillas, figura 15 y 16, libro "Moverse en libertad".


Bibliografía

Estremera Bayod, L, (2018), Ser niños acompañados, España, Universo de Letras.

Para mayor información podéis consultar su blog Actividades para el primer ciclo de educación infantil. O en su libro “Criando”, que lo podéis encontrar de forma gratuita en internet.

Pikler, E, Moverse en libertad, Madrid, España, Narcea, S.A. De ediciones.


Espero que os aporte tanto como a mí esta pedagogía. Un abrazo :)

Laura Buitrón Daimiel


 
 
 

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